Fuente: Guía del peluquero sobre los problemas de salud más comunes de los gatos (groomertogroomer.com)
Como especie separada, es crucial reconocer que los gatos pueden experimentar problemas de salud diferentes a los de los perros. Sin embargo, sigue habiendo un buen número de enfermedades y problemas de salud comunes a ambos. Pero, cuando se trata de gatos, debemos diferenciar entre los que viven exclusivamente dentro de casa y los que se aventuran al aire libre o interactúan con perros. Este último grupo -los gatos de exterior- se enfrenta a un conjunto distinto de riesgos para la salud que no son tan frecuentes entre sus homólogos de interior, lo que subraya la necesidad de cuidados especializados.
Preocupaciones de los gatos en el exterior
Algunas cosas cotidianas que vemos en los gatos de exterior son pulgas, garrapatas, mosquitos, ácaros, pólenes/alérgenos y exposición solar (al sol). Éstas pueden manifestarse como hipersensibilidad (reacción exagerada o alergia), irritación, picor, llagas o infección, en los casos más graves. La exposición solar puede ser especialmente mala en los gatos de color claro, lo que puede provocar cáncer de nariz, párpados y punta de las orejas.
Cuando los gatos de exterior socializan con sus congéneres, aumenta el riesgo de parásitos y otros problemas. Un problema generalizado son los abscesos por mordedura de gato. Debido a la naturaleza afilada y puntiaguda de los dientes de los gatos y a la presencia de una bacteria nociva llamada Pasteurella en su boca, las mordeduras suelen provocar infecciones/abscesos, ya sea a un gato o a un humano. Como peluquero, es vital no subestimar nunca una mordedura de gato (o incluso un arañazo), ya que pueden provocar infecciones graves, pérdida de dedos o extremidades y, en casos extremos, incluso la muerte, lo que pone de relieve el carácter crítico de este problema de salud.
Enfermedad tiroidea
Todos los gatos, ya sean de interior o de exterior, son propensos a enfermedades hormonales como la enfermedad tiroidea y la enfermedad de Cushing (secreción excesiva de la glándula suprarrenal). La enfermedad tiroidea de los gatos es distinta de la de los perros en la mayoría de los casos porque, en los perros, la mayoría de las veces la producción tiroidea es baja o hay una falta total de producción de hormona tiroidea (hipotiroidismo); mientras que, en los gatos, suele tratarse de una secreción excesiva de hormona tiroidea (hipertiroidismo). Incluso los síntomas son casi opuestos. Con hipotiroidismo, los perros se vuelven letárgicos, gordos y pierden pelo. Los gatos con hipertiroidismo comen constantemente, pierden peso, suelen estar frenéticos (con el cuenco de comida, entre otras cosas) y también pierden pelo.
El hipertiroidismo en los gatos es una enfermedad que puede controlarse fácilmente con medicamentos, pero es potencialmente mortal si no se trata. El tratamiento del hipertiroidismo controla la progresión de la enfermedad, pero a menudo se necesitan protocolos de crecimiento del pelo para que vuelva a la normalidad.
Cola de espárrago
La “cola de semental” (hiperplasia de las glándulas de la cola) es una afección que algunos consideran hormonal, pero aunque se denomine cola de semental, puede observarse en hembras y machos castrados. La zona afectada es un grupo de glándulas sebáceas concentradas en la base de la cola, que se vuelven hiperactivas, lo que provoca residuos aceitosos, escamas, estera y, a veces, infección.
La mejor forma de abordar este problema es utilizar un proceso de acondicionamiento-champú-acondicionamiento (cerrar-abrir-cerrar) para descomponer el sebo viejo (primera etapa de acondicionamiento), seguido de una etapa de champú para eliminar la capa superior de sebo viejo y, a continuación, un acondicionador muy hidratante/suavizante en la segunda etapa de acondicionamiento. No se recomienda desengrasar la zona porque es irritante y tenderá a provocar un efecto rebote de producción de sebo como respuesta. Puede ser necesario bañarse dos veces a la semana para asentar y calmar las glándulas irritadas.
Dermatitis/Alopecia Psicógena
Un síndrome que vemos en los gatos y que resulta confuso y frustrante de tratar es la dermatitis/alopecia psicógena. Esta afección consiste en que los gatos empiezan a mordisquearse o arrancarse pelo al azar (sobre todo en la zona del estómago) sin motivo aparente. Se han probado muchos tratamientos diferentes, pero no parece haber una respuesta consistente a ninguno de ellos.
Con la forma agresiva en que los gatos mastican y arrancan el pelo, la conclusión más obvia es que puede ser de naturaleza alérgica. Suelen responder sólo moderadamente a los esteroides y antiinflamatorios (varía de un gato a otro), lo que nos lleva a creer que existe otro problema subyacente. Acondicionarlo con un buen acondicionador hidratante puede no ser curativo, pero ayudará a calmar el problema.
Falta de aseo personal
Entre los problemas cutáneos de los gatos se encuentran las alergias de todo tipo y, ocasionalmente, incluso enfermedades como la SA (adenitis sebácea). Sin embargo, uno de los problemas de acicalamiento más frecuentes en los gatos es cuando dejan de acicalarse, lo que provoca un apelmazamiento secundario. A diferencia de sus congéneres caninos, los gatos se acicalan con su lengua de púas, que, cuando todo está en un estado normal, deja el pelaje bonito y bien “peinado”. Cuando las cosas se desequilibran, los gatos suelen dejar de acicalarse porque les duele intentar pasar la lengua por los mechones, igual que cuando peinan o cepillan a un perro enredado.
Muchos factores pueden contribuir a este problema, pero la razón principal es que el pelaje ha perdido su capa de sebo sobre el pelo, las placas se han abierto y el pelo se apelmaza, casi como velcro, lo que subraya la necesidad de un acicalamiento regular para mantener la capa de sebo. Las enfermedades metabólicas (enfermedades hepáticas, renales u hormonales), las condiciones ambientales secas, la artritis, los champús fuertes/desengrasantes y la falta de un acondicionamiento correcto también pueden crear este estado.
La buena noticia es que, si se restablece el pelo, la mayoría de los gatos volverán a acicalarse, si son capaces. Como muchos de estos procesos patológicos ocurren más tarde en la vida, algunos gatos pierden la capacidad de acicalarse debido a la obesidad o a la artritis y necesitarán acicalarse con regularidad para evitar esta afección.
Aunque los gatos suelen tener menos problemas de pelo y piel que los perros, se benefician de un aseo rutinario adecuado para mantener su pelo y piel sanos.