Fuente: La pieza más importante del equipo: ¡tu mente!

omo peluqueros, es esencial tener el equipo adecuado para funcionar. Intentamos conseguir la mejor calidad al mejor precio, y luego tenemos que hacer el mantenimiento o sustituirla cuando se desgasta. Pero, ¿te has sentado alguna vez a determinar qué equipo te hace ganar más dinero? Probablemente no, porque al ser un peluquero muy ocupado, a menudo es difícil encontrar tiempo para hacerlo. Así que, para ahorrar tiempo, iré al grano. El equipo más importante que tienes en la peluquería es tu mente.

USANDO LA CABEZA

Lo malo es que a menudo estamos tan ocupados trabajando que nos olvidamos de utilizarlo. Una cosa que he descubierto al trabajar con peluqueros (sobre todo viniendo del ámbito veterinario) es lo creativos que sois todos. Rara vez se encuentran en el mundo veterinario los nombres creativos de los salones o los bonitos peinados y colores que habéis creado los peluqueros. Nosotros somos bastante sosos en comparación. Sois artistas y lo exudáis de muchas maneras diferentes. Pero a veces hay una desconexión cuando se trata del aspecto empresarial de la peluquería. Creo que esto ocurre porque nos centramos en sacar a los perros por la puerta. Nos olvidamos de contemplar cómo podríamos hacerlo mejor, aprender más habilidades o ser más creativos en nuestro marketing.

John Maxwell, un conocido escritor de temas empresariales y de motivación, dice que deberías dedicar un tiempo diario a aburrirte. Al principio, me costaba asimilar el concepto. Pero descubrí que si me tomo tiempo para no hacer nada, surgen mis pensamientos más creativos. Descubrí que podía ganar más dinero sentado en mi despacho siendo creativo y elaborando estrategias que trabajando duro en las salas de reconocimiento. ¿Por qué? Porque pensé en formas de trabajar más inteligentes, no más duras. Si siempre estás trabajando, no tienes tiempo para pensar en formas nuevas o diferentes de abordar los problemas.

POR ALGÚN SITIO HAY QUE EMPEZAR

Normalmente, el mejor punto de partida es pensar en el panorama general. ¿Tienes objetivos? ¿Cuánto quieres ganar este año? ¿Qué estás ahorrando para la jubilación? ¿Cuál es tu estrategia de salida? ¿Cómo puedes conseguir y mantener mejores empleados?

A partir de ahí, empieza a tomar esos grandes elementos y a trabajarlos en tu estrategia diaria. Por ejemplo, Necesito trabajar con un contable que me ayude a calcular mis precios. Necesito hablar con un corredor, para saber cómo prepararme para una venta (con años de antelación). Tengo que averiguar qué hacer cuando mi cuerpo ya no me permita cuidar a un Gran Pirineo de 140 libras. Gran Pirineo. Organicemos un programa de formación (o utilicemos alguno ya disponible en Internet) para el personal. Trabajemos para llenar nuestros periodos lentos del año con ofertas especiales. Formémonos más y ofrezcamos servicios que aún no ofrecemos. El cielo es el límite. El secreto es que necesitas tomarte tiempo para hacer una lluvia de ideas y pensar en todas las posibilidades.

ENCUENTRO DE MENTES

Si se te avería un equipo, la mayoría de nosotros tenemos un amigo que nos prestará uno de los suyos o la empresa nos dará uno en préstamo. El flujo de buenas ideas no es diferente. Celebra sesiones de intercambio de ideas con tu personal, tus amigos peluqueros o incluso con personas de otras empresas (proveedores del sector). Compartir ideas ayuda a todos.

A veces pensamos que tenemos que hacerlo todo por nuestra cuenta, pero la realidad es que algunas de las mejores ideas son las de otros. Puedes tomar esas ideas al pie de la letra o transformarlas en las tuyas con un giro sobre la idea original. Algunas de mis mejores perlas sobre prácticas empresariales las he recogido sentado con una bebida fría y hablando con amigos.

PONER EN PRÁCTICA LAS IDEAS

La parte más importante de esta empresa es llevar la idea a la acción. Muchos de nosotros tenemos pensamientos e ideas maravillosas, pero lo difícil es llevarlas de la fase de idea a la fase de acción. Sería fácil si sólo dependiera de nosotros, pero por desgracia, casi siempre intervienen otras personas en el proceso. Cosas como subir los precios para alcanzar tus objetivos o añadir una nueva formación para el personal se quedarán en nada si no conseguimos que nos apoyen en el proceso. Por tanto, parte de la planificación debe incluir cómo implicar a los demás.

Antes de obligar a la gente (clientes o personal) a implicarse, piensa qué te motivaría a ti si estuvieras en su lugar. Forzar o ser un dictador puede llevarte hasta allí, pero si las personas implicadas están descontentas con el proceso, esto puede convertir una estrategia positiva en una experiencia muy negativa. Y si sale mal, a menudo, como individuo, tienes miedo de jugártela la próxima vez. Sólo fracasas cuando no planificas. Por regla general, a la gente no le gustan los cambios, así que, como buen líder de la empresa, tienes que trabajar para que estos cambios sean lo menos dolorosos posible.

El último paso consiste en mantener la responsabilidad de todos en el proceso de cambio. Este paso es fundamental para que se produzca un cambio a largo plazo. Dicen que hacen falta 21 días para cambiar un hábito (a mí me parece que son más bien tres meses), pero el cambio no sobrevivirá sin este paso.

Los pensamientos y la creatividad que surgen en tu mente la convierten en tu mejor equipo; tómate tiempo para utilizarla, confiar en ella y perfeccionarla. Cuando empieces a utilizarla, descubrirás que la vida es más fácil y que te hace ganar mucho más dinero que cualquier otra pieza del equipo de tu taller.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *