Fuente: Peligros silenciosos de la profesión de peluquero (groomertogroomer.com)
Cuando decidimos dedicarnos al sector de los animales de compañía, sabíamos que al tratar con animales habría cierto riesgo al manipular individuos asustados o potencialmente agresivos. También sabíamos que los problemas de espalda y muñeca eran frecuentes entre los peluqueros. Sin embargo, no pensamos en los peligros que no son tan evidentes, pero que a menudo son igual de graves (si no peores) que una mordedura o una artritis.
Uno de los peligros que vemos al manipular animales son los que tienen infecciones en la piel, los oídos, la boca, las vías urinarias, las glándulas anales, etc. A menudo tomamos precauciones para evitar la exposición si sabemos que están presentes, pero tenemos que darnos cuenta de que no todas las infecciones son aparentes. Incluso si lo son, a veces no valoramos ni tenemos en cuenta las repercusiones a las que podríamos enfrentarnos.
Comúnmente, se nos enseña (o suponemos) que el champú nos protegerá en este proceso. El champú está diseñado para limpiar, y a menos que esté específicamente diseñado para matar bacterias/hongos, no protege contra la infección. Tenemos la ventaja de que puede diluir las fuentes de infección en el proceso de baño, lo que nos da cierta cobertura, pero en realidad no las mata, dejándonos vulnerables.
Piensa en todos los lugares con los que entran en contacto tus manos en un animal. Si tienen llagas, las friegas (o incluso utilizas las uñas). Si tienen infecciones de oído, se las limpias. Si tiene los dientes mal, se los cepillas. Si tienen las glándulas anales llenas, las aprietas. ¿Te has puesto guantes para todo esto? ¿Te pusiste una careta para protegerte la boca, la nariz y los ojos? ¿Te limpiaste las uñas antes de comer o de irte a casa a jugar con tu bebé? Todo esto puede ser potencialmente malo, si no mortal, para ti o para alguien de tu entorno.
El trato con las glándulas anales y el lavado de la zona anal es un caso en el que siempre debemos llevar protección. La materia fecal contiene alrededor de un 90% de bacterias, y no siempre bacterias buenas. ¿Sabías que la Salmonella es uno de los motivos más comunes de retirada de alimentos para perros y de las razones aducidas para evitar las dietas crudas? Un perro alimentado con una dieta rica en Salmonella a menudo la eliminará en su materia fecal. En los humanos, la salmonela suele provocar diarrea sanguinolenta grave y puede ser muy mortal, sobre todo en niños pequeños, debido a la pérdida de sangre y la deshidratación.
Los parásitos son otro peligro asociado a la materia fecal. Los humanos no son los huéspedes habituales de la mayoría de estos parásitos, por lo que muchas veces tomarán vías muy diferentes en el cuerpo humano. Los ascáridos, por ejemplo, son uno de los parásitos más comunes de nuestras mascotas (también de los mapaches). Estos mismos parásitos que suelen causar problemas digestivos y respiratorios en las mascotas, cuando se introducen en el cuerpo humano, pueden acabar en los vasos sanguíneos detrás de los ojos y en el cerebro, causando ceguera e incluso graves problemas neurológicos. Esto es especialmente temible en el cerebro en desarrollo de los niños pequeños.
Pasos para mitigar el riesgo y evitar problemas de salud:
- Lleva siempre protección para las manos, la cara y el cuerpo (delantal impermeable) si sabes que vas a manipular un animal que tiene una infección.
- Lávate siempre las manos (y límpiate debajo de las uñas) después de cada animal o, como mínimo, antes de comer o de ir a casa con tu familia y tus mascotas.
- Evita afeitar a los perros de pelo corto, ya que es ahí donde se astillará la mayor parte del pelo.
- Lleva ropa que repela el pelo.
- Pon en práctica técnicas de deslanado que te permitan soltar el pelo en la bañera en lugar de soplarlo por el salón, donde tú y los animales lo respiraréis.
- Lleva protección para los oídos y la cara (una mascarilla que filtre el pelo y los organismos) cuando soples a los perros.
Cualquier parte del cuerpo que albergue una infección puede ser un peligro potencial, y hay que tomar precauciones. Uno de los auténticos sustos en el mundo de la medicina son las “superinfecciones” (infecciones resistentes a los fármacos, como el SARM y el MRSP), porque son muy difíciles de tratar. Estas infecciones suelen producirse por el uso prolongado de antibióticos, que permite que las bacterias muten. Los peluqueros están expuestos regularmente a estos posibles bichos, porque en la mayoría de los animales a los que se diagnostican problemas de piel (las alergias son lo más habitual), el veterinario les administrará antibióticos a largo plazo. La vía de transporte de los antibióticos desde el sistema de la mascota hasta la superficie de la piel es un proceso lento e ineficiente, lo que da a las bacterias mucho tiempo para mutar.
Las infecciones y los parásitos no son los únicos peligros a los que se enfrentan los peluqueros. También se enfrentan a minúsculas astillas de pelo que tienden a penetrar en la piel, causando irritación y abscesos tisulares. Es frecuente verlas entre los dedos de las manos, entre los dedos de los pies (si no llevan zapatos cerrados) y en cualquier zona de ropa ajustada. Son muy pequeños y puede ser casi imposible encontrarlos una vez bajo la piel. Tienen mayor incidencia cuando se afeita a los perros de pelo corto, debido a la rigidez y corta longitud del pelo recortado.
Probablemente uno de los problemas más comunes y debilitantes con los que se enfrentan los peluqueros es el pulmón de peluquero. Es una combinación de la inhalación de astillas de pelo, bacterias, hongos, células muertas de la piel y probablemente incluso algún parásito ocasional. Como peluqueros jóvenes, muchos no se preocupan de que les afecte porque piensan en las cosas malas con la mentalidad de “eso no me va a pasar a mí”. Además, tomar precauciones es un engorro y lleva tiempo y dinero, así que muchos se saltan o ignoran esos pasos. Pero antes de que sigas ese camino, habla con algunos peluqueros mayores o más sabios y deja que te enseñen cómo será tu vida si no te lo tomas en serio. El pulmón de groomer es real, y hay muchas posibilidades de que te enfrentes a él a un nivel u otro.
Si te gusta lo que haces y quieres dedicarte a ello el resto de tu vida, debes trabajar con inteligencia para que uno o varios de estos peligros no acorten tu trayectoria profesional. Las probabilidades de que sea un problema en algunos casos pueden ser escasas, pero aunque sea una probabilidad entre un millón, si te toca, ¡será una ocurrencia del 100% para ti!